Brunyola
El municipio de Brunyola está situado en una zona privilegiada de la Selva, entre Anglès, Osor, Vilobí d’Onyar y Santa Coloma de Farners, además de ser limítrofe con la depresión gerundense. El pueblo también comprende el núcleo de Sant Martí Sapresa.
Esta pequeña población de la Selva dispone de una gran extensión de terreno que dispersa a sus habitantes en varios núcleos rurales, aunque mantiene su centro urbano en el corazón histórico del pueblo, justo en lo alto de una colina donde destaca la majestuosa presencia del castillo de Brunyola.
El castillo de Brunyola es una edificación medieval declarada Bien Cultural de Interés Nacional. En la actualidad, una parte de esta fortaleza permite acoger las instalaciones del ayuntamiento de la población. No obstante, una vez al mes, se organizan visitas guiadas para descubrir los rincones más recónditos del castillo que no están abiertos al público habitualmente, como su atalaya, y que solo se pueden visitar en estas ocasiones.
Además del castillo, el pueblo también preserva un gran patrimonio arquitectónico. Cabe destacar la iglesia de San Martí Sapresa, que se construyó en el 1019 y fue renovada en el siglo XVIII, así como la iglesia de Sant Romà, de una sola nave con un pórtico y un campanario de espadaña. Además, esta población ha sido escenario de distintos hallazgos arqueológicos, como restos de cerámica ibérica o sílex paleolíticos.
Brunyola puede presumir de una vasta tradición agrícola gracias al cultivo de la avellana. Una muestra de ello es que la gran dispersión de sus núcleos habitados queda articulada por campos de avellanos. Desde el siglo XIV se cultiva este fruto en la población, lo que la convierte en protagonista de una de las ferias más importantes de toda la comarca: la Feria de la Avellana de Brunyola.
Esta pequeña población de la Selva dispone de una gran extensión de terreno que dispersa a sus habitantes en varios núcleos rurales, aunque mantiene su centro urbano en el corazón histórico del pueblo, justo en lo alto de una colina donde destaca la majestuosa presencia del castillo de Brunyola.
El castillo de Brunyola es una edificación medieval declarada Bien Cultural de Interés Nacional. En la actualidad, una parte de esta fortaleza permite acoger las instalaciones del ayuntamiento de la población. No obstante, una vez al mes, se organizan visitas guiadas para descubrir los rincones más recónditos del castillo que no están abiertos al público habitualmente, como su atalaya, y que solo se pueden visitar en estas ocasiones.
Además del castillo, el pueblo también preserva un gran patrimonio arquitectónico. Cabe destacar la iglesia de San Martí Sapresa, que se construyó en el 1019 y fue renovada en el siglo XVIII, así como la iglesia de Sant Romà, de una sola nave con un pórtico y un campanario de espadaña. Además, esta población ha sido escenario de distintos hallazgos arqueológicos, como restos de cerámica ibérica o sílex paleolíticos.
Brunyola puede presumir de una vasta tradición agrícola gracias al cultivo de la avellana. Una muestra de ello es que la gran dispersión de sus núcleos habitados queda articulada por campos de avellanos. Desde el siglo XIV se cultiva este fruto en la población, lo que la convierte en protagonista de una de las ferias más importantes de toda la comarca: la Feria de la Avellana de Brunyola.
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