Castillo de Vilobí
Ramón Malars era el señor del castillo de Vilobí en el año 1337, cuando mandó redactar el cabreo de sus posesiones. En ese extenso pergamino se detallaban las características de cada posesión y las rentas y obligaciones a las que, quienes las trabajaban, estaban obligados.
Este hecho, que no tiene nada de especial, es extraordinario en Vilobí, ya que el cabreo de su señor feudal se conserva en el propio castillo, tras unos siete siglos. Así, si es poco frecuente que en los antiguos castillos medievales todavía se viva, tal y como sucede en Vilobí, es casi único que este castillo conserve el cabreo original de sus rentas y posesiones.
El castillo existe, como mínimo, desde el siglo xiii, y vivieron en él distintos linajes (los Malars, los Sanmartí, los Cruïlles, los Sarriera…). En el siglo xviii, su capilla se convirtió en la actual iglesia parroquial, y en los siglos xix y xx se llevaron a cabo distintas obras de rehabilitación. Las paredes fortificadas y las torres medievales se adivinan tras estas reformas, y en el interior del castillo, muchos de sus muros y estancias son, en el fondo, los mismos desde los que Ramón Malars hizo redactar su cabreo en el año 1337.